No es lo mismo vender naranjas a un hogar donde diario o cada semana preparan un litro de jugo que vender naranjas a una empresa que procesa industrialmente jugo y vende millones de litros anuales. Igual pasa en los mercados eléctricos, aunque es un poco más complejo.
Por esas razones, la Ley de la Industria Eléctrica dividió a los usuarios en dos tipos: básicos y calificados.